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Su obra filosófica en el campo de la epistemología 

Soy de la Primera Generación de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras. Así como nació esta licenciatura, también ocurrió en la UNAM, a mediados de los años 60s. Severo Iglesias era un compañero estudiante del Colegio de Filosofía, una generación adelante de la nuestra. La dirección de la Facultad estaba en manos del Dr. Agustín Basave Fenández del Valleconocido ideólogo de la derecha regiomontana. Él se hizo célebre por las bardas de Monterrey, en ese entonces decían“Fuera Basave”. Colaboraba en el periódico “El Porvenir” con escritos de filosofía contemplativa sobre Pascal.  

La Facultad de Filosofía y Letras funcionaba más como una Escuela de Altos Estudios Universitarios. Se estudiaba ahí para que los profesores de filosofía y de literatura fueran mejores profesores en las Preparatorias y Facultades, donde se impartían materias afines. La Psicología, iba a tener el mismo destino. Mi profesor de Psicología en la Prepa 1 fue mi compañero en Psicología de la Facultad. Profesores de la Facultad de Derecho se inscribieron, también. Pero otros de los que ingresamos, lo hacíamos para ejercer la psicología como profesión. Ya terminada la licenciatura, en 1971, todavía no había Reglamento de titulación y la cédula profesional de psicólogo no existía. Pasaron todavía algunos años para podernos titular. Y, algunos de mi generación, ya no lo hicieronTal parecía que esta nueva licenciatura se habría abierto para que la baja matrícula entre Filosofía y Letras no se redujera al tal grado que se vieran en la necesidad de cerrarla. Hubiera sido poco más que vergonzante que lprincipal universidad pública del Estado no hubiera contado con Facultad de Filosofía.  

 

El primer grado era tronco común. Por lo que convivíamos los que iban a las tres licenciaturas. Eso era muy enriquecedor, porque las materias no eran de relleno. Filosofía la impartían filósofos, por lo regular posgraduados en Europa. Lo mismo en Literatura. El problema estaba en Psicología que eran profesores egresados del Colegio Labastida de Monterrey, que apenas y nos enseñaban a aplicar Test psicométricos, de forma mecánica. En la primera oportunidad los estudiantes corrimos a todos esos profesores, con una o dos excepciones. Tuvimos que organizar una comisión de alumnos que viajó a México para ir a la UNAM   por docentes de mayor nivel.  

 

Vivíamos una vida académica más rica fuera de las aulas que dentro de ellas. La cafetería de la Facultad era el centro del conocimiento y en segundo lugar el auditorio, en las asambleas estudiantiles.  En esa época los colegas de Letras nos contagiaban para las lecturas de literatura mexicana de los jóvenes escritores del momento como José Agustín, con su novela De Perfil, o Gustavo Sainz con Gazapo; había salido la de Carlos Fuentes “El Cantar de Ciegos; de Salvador Elizondo Farabeuf o la crónica de un instante; Los cuentos de La Feria de Juan José Arreola, que por cierto estuvo en la Facultad, en su momento. Hubo dos obras que impactaron a los de letras tanto como a los de filosofía y psicología: “Los hijos de Sánchez” de Oscar Lewis y “El nuevo festín de Esopo de Claude Lévi-Strauss” que Octavio Paz publicó como ensayista. La primera evidenciaba la realidad del rezago social y cultural al dejaver los agujeros de lo que se había dado en llamar “el milagro mexicano”; la segunda, nos presentaba la innovadora forma estructuralista de abordar las culturas no occidentales desde sus mitos, como una parte de la sabiduría humana.  

 

Esto nos lleva a la Cafetería de la Facultad de Filosofía, Letras y Psicología, donde en las mesas se comentaba, se discutía y se polemizaba alrededor de estas obras contemporáneas. Y dejaban de ser lecturas de actualización, ya que permitían circular ideas criticas que nos hacían establecer interpelaciones de las posturas políticas del momento histórico que vivíamos. Y algunas mesas se juntaban para hacer más grande la ronda. En éstas muy seguido estaba Severo polemizandotenía una gran convocatoria siempre. Aunque era un colega estudiante, ya gozaba de autoridad académica. ¡Cómo olvidar a Gilberto Guajardo Guajardo, que no pocas veces hacía dupla con Severo Iglesias en estas polémicas! 

 

Al calor de las discusiones brotaban nombres de libros y autores y literalmente muchos de nosotros tomábamos nota de ellos, de los cuales algunos nunca habíamos escuchado. Surgían autores como Nietzsche, Heidegger, LacanFoucaultJaspers, HabermasEric Frometcétera. Terminadas estas tertulias intelectuales, nos apurábamos a la bien dotada Biblioteca de la Facultad a sacar a préstamo los libros de tales obras, antes que alguien mas los ganara.  

 

Surgieron planteamientos muy atrayentes como la de Louis Althusser en “Cómo leer el Capital” y “La Revolución Teórica de Marx”, que basaba su explicación de la ruptura epistemológica en Gaston Bachelard. O, “El hombre unidimensional” y “Eros y civilización” de Herbert Marcuse. Explicando cómo en los países industriales los obreros habían sido asimilados al torrente de los deseos materiales de la modernidad y otras cuestiones por el estilo. Se apoyaban las explicaciones de estos fenómenos en Marx y en Sigmund Freud. Fundando un novedoso freudomarxismo. Con seguidores en Europa y Estados Unidos. Y México no fue la excepción. Estas propuestas alcanzaron a los jóvenes de la Universidad de Alemania, ParísBerkeley y la UNAM, previo al 68. Por ello, comento que se trataba de propuestas atrayentes. Principalmente, para los estudiantes de psicología de la Facultad. Ya que autores como Freud estaban sirviendo como una Teoría Epistemológica para analizar las obras de Marx.   

 

Pero lo que nos ocurrió a los estudiantes de psicología de la Facultad, al acudir a la UNAM en búsqueda de profesores de buen nivel académico, fue que, en la Facultad de Filosofía Letras y Psicología de la Universidad Nacional, predominaba la corriente del Conductismo estadunidense, de Burrus Federik SkinnerEra el ejemplo más cercano de psicología científica que teníamos en ese entonces. 

 

Sobrevino una sombra que amenazaba el ánimo de las primeras generaciones: ¿si la psicología era o no una ciencia? 

 

A los que estudiaban la psicología como una segunda carrera no les apuraba tanto que la psicología fuera o no una ciencia. Todavía recuerdo cuando Severo presentó su tesis de licenciatura, generó una gran expectación llenándose el auditorio porque además representaba un duelo entre él y Basave que estuvo en el jurado. El tema se prestaba para la discusión de la ciencia, pero para los de psicología guardó una particular importancia. Su tesis se publicó como “Ciencia e Ideología” y pronto alcanzó dos ediciones. Tuve oportunidad de plantearle a Severo Iglesias como compañero, en los jardines de la Facultad, ahí donde está la estatua de Alfonso Reyes, este asunto de si era o no la Psicología una ciencia. Me di cuentatenía muy claro el asunto. Me dijo, sin ambages, sí es una ciencia. Pero no es el conductismo. Nosotros ya trabajábamos con ratones en laboratorios hechizos, fuera de la Facultad, porque no tenía las condiciones para ello 

 

Trascendió, todavía Severo estudiante de Filosofía, sobre un Seminario que organizó extracurricularmente sobre la Epistemología Genética de las Matemáticas y la Psicología de Jean Piaget. Nunca habíamos escuchado ese autor en toda la carrera. Cuando lo oímos pensábamos que se trataba de un filosofo suizo. Sus notas de ese Seminario se publicaron como el Cuadernos No 2 de Filosofía, en 1972. Por la propia Facultad de Filosofía, Letras y Psicología en la época del rectorado del Ing. Héctor Ulises Leal, ya con Leonardo Iglesias como director de la Facultad; en plena Reforma Universitaria. Luego de lograr la Autonomía de la Universidad de Nuevo León, a finales del 1969Se trata de apenas un opúsculo de 53 páginas. Releyéndolo en estos días, advierto que guarda total vigencia El nivel de profundidad con la que es tratado el contenido de este fascículo, sin exageraciones,  es mejor al que se imparten estos momentos en muchas las Facultades de Psicología del país.  

 

La Introducción en 3 tomos de la Epistemología Genética de Jean Piaget, prologada al español por el epistemólogo argentino Rolando García, llega a Latinoamérica por Paidós, en 1975. Lo que habla de lo acertado y pionero que estaba el abordaje de la epistemología de parte de Severo Iglesias.  

 

En el momento en que se dirimían dos posturas epistemológicas en nuestras licenciaturas de psicología, en la UNAM y en la Autónoma de Nuevo León: la de la subjetividad de Freud, que le favorecían posiciones fenomenológicas como Husserl, Nietzsche, Heidegger, Jaspers y hasta el existencialismo sartreano, se le oponía el de la objetividad plena del conductismo radical de Skinner, como expresión contundente del positivismo. Que junto con filósofos de la talla Stuart Mill, Karl Popper y hasta Bertrand Russell, Carnap, Wittgenstein, Reichenbach, se sumaban al otro lado de la polémica.  

 

Se trata de dos posturas irreductibles en epistemología en general, y en epistemología de la psicología, en lo particular. A Severo le interesa en su fascículo la epistemología en lo general, como filósofo que era. Pero aproxima, también, una respuesta a la problemática de la psicología como ciencia. Y el título es muy claro: “Epistemología matemática y psicología”. ¿Y qué hace ahí la psicología? Es el método empírico con el que se va a confirmar la epistemología de la matemática, como un ejemplo particular de la epistemología. No se puede partir ni del objeto como realidad independiente del sujeto de conocimiento. Tampoco, desde la subjetividad del sujeto que conoce e independiente del objeto de conocimiento. No hay primacía ni del objeto, ni del sujeto, la predominancia estiba en la interacción entre el sujeto que conoce en contacto con el objeto de conocimiento. La psicología constata las acciones del niño con los objetos físicos de su entorno y las acciones y la coordinación de estas acciones, así como la coordinación de coordinaciones construyen el conocimiento. Severo aquí junto con Piaget van demostrando esta posición epistemológica, que en su momento casi nadie había descubierto en nuestro medio.  

 

Severo es claro al señalar que este trabajo epistemológico se hace desde la lógica, la matemática, la psicología. No de forma independiente como el positivismo, en su clasificación de las ciencias, postulaSe trata de una obra interdisciplinaria en cuya participación la filosofía tiene un importante papel general.  

 

Lo anterior, contradecía al Materialismo Dialéctico de manual soviético. Que defendía la postura dogmática de que la realidad era independientemente del sujeto. Por tanto, las condiciones materiales le prexisten al individuo. Esto que pudiera ser válido para la realidad, no lo eran para el cocimiento, al menos no lo eran mecánicamente, o por mera extensión.  

 

Personalmente, me ayudó en mi angustia existencial de que la psicología sí era una ciencia, como lo afirmaba Severo, y me permitió salir de la contradicción del conductismo como postura científica positivista. Y seguir estudiando, con un grupo de colegas la psicología de Jean Piaget 

 

Aquí es importante reconocer cómo en varios momentos de su fascículo, Severo señala: sin el conocimiento de estos procesos constructivos del sujeto, la pedagogía hace tanteos erráticos de sus esfuerzos. Lo que significa, pero ese es otro tema, que tenía fundamentos muy sólidos de la Reforma Universitaria que se estaba llevando a cabo en esas fechas en la Prepa 2, como efecto un demostrativo para toda la Universidad, recién autónoma.  

 

Pero esta reforma se vio interrumpida violentamente por la derecha fascista regiomontana. En varias Escuelas y Facultades impusieron con metralleta en mano, a directores espurios. El grupo de porros comandados desde el equipo de futbol americano sirvió para esta operación represiva. La Facultad de Filosofía, Letras y Psicología no fue la excepción. Así los profesores que apoyábamos a Leonardo Iglesias -el director que con mayor prestigio y dignidad representaba para los de psicología, desde que se había fundado la licenciatura- fuimos amenazados de muerte, cuando se tomó la escuela por un grupo armado al mando de un profesor, de esos del Colegio Labastida que volvieron a infiltrarse con las nuevas generaciones. Y que fue premiado, por sus acciones porriles, a ocupar la primera dirección de psicología, ya independizada de la Facultad de Filosofía. El estigma de esa independencia de Psicología fue la inauguración de su edificio en el área médica por el presidente Echevarría, poco después de su ingreso a la UNAM que ocasionó una pedrada como rechazo a su presencia en las universidades del país, por el sangriento agravio del 68. Fue una acción servil que no se olvida, la de ese director que luego se convirtió en policía de Seguridad del Estado.  

 

Por esas fechas, a mediados de los 70s, dos discípulas de Piaget protagonizan en Monterrey investigaciones psicogenéticas sobre la Lengua Escrita para niños de 4, 5 y 6 años.  Hechos de una gran trascendencia en el Estado y el país. Me refiero a Margarita Gómez-Palacio y a Emilia Ferreiro que hacían investigación fuera de la Universidad, en el Plan Nuevo León, porque dentro no había condiciones en esa época. Lo que quiero destacar con esto, es cómo la publicación del opúsculo de Severo Iglesias sobre Piaget representó una anticipación funcional en la epistemología de la investigación psicogenética en México.  

 

Severo Iglesias, continuó una obra muy amplia y extensa de filosofía que abarca no menos de 20 títulos. Pero los que considero desarrollan su trabajo sobre la epistemología, son: “La razón ficticia”, de 1994, que aborda cómo la razón crítica es una nueva praxis del hombre con el mundo“Epistemología de lo social”, 1996, que comprende la crisis de las ciencias sociales y de la educación en México para construir un conocimiento a partir de sus problemas“Tríadica. Dialéctica de tres términos”, 1997, para entender una nueva forma de existencia de transformación de la vida social, en la praxis de las aspiraciones posibles de esa sociedad“Teoría de la praxis”, 2004, aquí plantea cómo la academia en 24 siglos de teoría no ha podido construir una ciencia de la acción, aun cuando ésta es el fundamento de la vida social y una aptitud humana generalYo veo cómo aborda como círculo en espiral una epistemología de la matemática como acción individual del sujeto sobre un objeto de conocimiento y la trayectoria de la humanidad como la acción de una ciencia de la vida social.  

 

En la Ciudad de México, ambos, nos encontramos entre los años que van de 1996 a poco más del 2000. Nos frecuentábamos para comentar diferentes Programas de Políticas Públicas y otras cuestiones. Tuve el privilegio de que me participara de algunas de sus obras recientes del momento. Él pensaba que podía aprovechar los conocimientos desarrollados en “Valores y sociedad” que publicó en el año 2000, para mi trabajo en Educación. Cuestión que sigue vigente para los trabajos actuales sobre la Educación Inclusiva del Desarrollo Sostenible.  

 

Muchas de sus obras no son académicas, sirven para la transformación social. ” Teoría de la praxis” es un ejemplo de ello, amén de que también es un tratado de epistemología de la acción social. Hace un recuento desde el concepto de praxis en las diferentes teorías y concepciones desde el mundo primitivo, las primeras civilizaciones desde los egipcios; pasando por Platón y el mundo griego; hasta Modernidad; la primera y la segunda revolución industrial; llegando al Siglo XX. Epilogando ahora, en este Siglo XXI, que la sociedad planetaria y supranacional ha entrado en crisis. Corresponde a la praxis histórica, dice, encontrar los horizontes que no se vislumbran todavía con entera claridad.  

 

Son obras, las de Severo Iglesias, de una erudición asombrosa que exigen de un estudio y reflexión que requiere años de estudio que es imposible llevar en solitario, tendrá que ser en diálogo de reflexión y polémica abiertas. Que nos exigen fundar una Cátedra interdisciplinaria e interinstitucional ¿Y por qué noun Instituto que lleve su nombre.  

 

Marzo 19, 2021 

Cuernavaca, Morelos

 

 

OBRAS CITADAS DE SEVERO IGLESIAS 

Bibliografía 

Iglesias, S. (2004) Teoría de la praxis, Morelia, Morevallado, 2004. p. 437 

________  (2000) Valores y sociedad, Morelia, Tiempo y obrap. 358 

________  (1997) Triáda. Dialéctica de tres términos, Morelia, Morevallado, p. 383 

________  (1996) Espitemología de los social, Morelia, IMCED, Cuadernos, No. 12, p. 335 

________  (1994) La razón ficticia, Morelia, IMCED, Cuadernos, No 5, p. 422 

________  (1981) Ciencia e idelogía, Morelia, Tiempo y obra, p. 227 

________  (1972) Piaget: epsitemología, matemática y psicología, Monterrey, p. 53 

 

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